Don Isidro Fabela desarrolló y conservó la disciplina de trabajar cuidadosamente sus escritos. Desde su juventud, la sensibilidad literaria de Fabela fue objeto de reconocimiento, y se puede citar su primer premio en cuento, al que el poeta Luis G. Urbina se refirió diciendo: “…la avecilla tiene todavía las alas débiles, pero llegara a volar muy alto. Es ave de cumbre”.
Su gusto por la literatura desde joven y la generación del 900 de la preparatoria, a la que perteneció, marcó sin duda su gusto por la cultura y la academia. Posteriormente, fue trascendental su entusiasta participación en la fundación del Ateneo de la Juventud, que le dio espacio para hacer realidad su inquietud como escritor, periodista e historiador, desarrollada plenamente a lo largo de su carrera política y diplomática. Publicó obra literaria, de historia, política y diplomática.